Evoco con emoción allá por el curso 2015-16 como M.ª Antonia
y yo germinamos una idea, la de crear un proyecto para el colegio “El
huerto escolar” como elaboramos este plan con esfuerzo, con trabajo, con
alegría, convicción y algo de ingenio.
Este huerto ha supuesto para mí que en algunos momentos ha
conmovido y sacudido mi alma y algunos otros que mi psique estaba mermada,
el huerto me ha reconfortado, es un lugar especial, un lugar de
aprendizaje y de amor. Él se ha sentido querido, mimado y amado y me ha
correspondido con sus frutos y sus plantas, me ha enseñado a unirme a la tierra
y a defenderla. Allí pude encontrar el olor a tierra fresca y el sonido de los
niños alborotados cuando venían a hacer alguna actividad, un lugar para
aprender y crecer y para la esperanza, el jardín del colegio. Desde el primer
día mi pasión por este huerto se plantó en mi alma y en mi corazón para que
nunca se marchite su recuerdo.
Espero que en los próximos meses o años el huerto se
convierta en un aula más del colegio, un lugar de creación, de motivación y
sobre todo de dar rienda suelta a la imaginación, aprender a aprender.
Muchas gracias por la placa que me habéis colgado en el huerto,
pero pienso que es un trabajo de equipo.
Carlos Álava.
Coordinador del huerto escolar.